“No podemos acostumbrarnos y tolerar ningún nivel de morbimortalidad evitable. Hemos de cohesionarnos para que en este segundo año demos una respuesta conjunta y solidaria todas las instituciones y territorios“, defienden los médicos. “Por eso, -añaden- apelamos a todos los agentes políticos e institucionales a que abandonen o mitiguen la rivalidad política partidista y se centren en gobernar la salida de la crisis, y a aportar iniciativas para acciones más globales e integradasâ€.
A pesar de que las esperanzas de la mayoría de la población se centren en la vacunación, los expertos aseguran que existe “un buen número de preocupaciones e incertidumbres†dentro de la comunidad sanitaria. “Mucho tiempo y cuatro oleadas epidémicas no sólo generan fatiga y desesperanza pandémica: hay fatiga política que se manifiesta en actitudes y comportamientos, explicables pero inaceptables“, comentan. Un pensamiento alentado por la relajación de las restricciones a nivel nacional y que, en opinión del Consejo, deberían seguir ante la alta tasa de fallecidos e infectados por COVID-19 que todavía existe.
Aunque haya acabado el estado de alarma, sostienen que aquellas Comunidades Autónomas con nivel de riesgo alto o extremo colaboren con la contención de la expansión de la enfermedad en otras limítrofes con riesgo bajo. En cuanto a la financiación que llega a España, los expertos ven imprescindible que parte de esta vaya dirigida las necesidades de la política de salud y del Sistema Nacional de Salud, como garantía de bienestar y sostenibilidad a largo plazo.
Del mismo modo, el Consejo resalta la rivalidad política e institucional como otro impedimento para llegar a los objetivos sanitarios actuales.
“La deseada cogobernanza no acaba de concretarse de forma virtuosa. En vez de que las instituciones se hagan ‘copropietarias’ de los problemas y de las soluciones, cualquier riesgo de impopularidad retrae de la colaboración, y cualquier fallo o efecto adverso se utiliza como arma arrojadiza“, denuncian.
Líneas estratégicas
Para el CGCOM, estas son las diez líneas estratégicas que deberían presidir las acciones en este segundo año, en base al profesionalismo médico y sanitario:
1. Vacunar decididamente y depositar la confianza colectiva en las autoridades de Salud Pública.
2. Aceptar, cumplir y hacer cumplir los acuerdos de respuesta coordinada para el control de la transmisión, para minimizar la incidencia, la hospitalización y los fallecimientos, priorizando siempre la prevención.
3. Comprometerse y programar una evaluación de la respuesta española a la pandemia, orientada a aprender y prevenir futuras crisis.
4. Centrar la tarea en la mayor y mejor aplicación de fondos europeos para la reconstrucción del Sistema Nacional de Salud.
5. El SNS necesita un plan de fortalecimiento de su capital humano, que, además de adecuado para su viabilidad, sea una correspondencia de justicia por el enorme esfuerzo desarrollado por los sanitarios.
6. La reconstrucción ha de revertir la descapitalización de infraestructuras y equipos, y tener un enfoque innovador en lo organizativo y tecnológico para que la información genere conocimiento. También se debe potenciar el trabajo profesional, y crear mecanismos seguros y amigables para mejorar la conectividad y comunicación entre profesionales y pacientes.
7. Exigimos un enfoque ético vigoroso en este segundo año de pandemia. Nadie debe quedarse atrás, ni en la atención a la COVID, ni en la recuperación de la atención al conjunto de problemas de salud. Otros retos con implicaciones éticas a abordar será el “pasaporte†inmunitario y el manejo de información de salud de los ciudadanos.
8. El SNS necesita recursos y acciones para recuperar su suficiencia y solvencia asistencial. Debe prestar también apoyo y atención a los propios trabajadores sanitarios, como primeras y segundas víctimas.
9. Necesitamos reivindicar el fomento de la buena ciencia a través de la investigación y la generación de evidencia. También de la buena y prudente medicina, revirtiendo la trivialización y la vulgarización experimentada entre tantos expertos y tertulianos sobrevenidos. Asimismo, se debe contrarrestar la tendencia a comunicar investigaciones inmaduras que crean ruido y falsas expectativas.
10. Debemos poner en la agenda pública y política la aplicación de las líneas de la Comisión de Reconstrucción Social y Económica. Y activar el proceso reformista que hoy es imprescindible para la supervivencia de un Sistema Nacional de Salud que merezca tal nombre.