Reflexiones sobre nuestro Sistema de Salud después de la pandemia


A pesar de la pandemia, España en 2020 ha supuesto el 19% de los donantes de órganos de la Unión Europea y el 5% de los registrados en el mundo, teniendo solo el 9% de la población europea y el 0,6% de la población mundial. Doblamos la media europea en trasplantes y llevamos 29 años consecutivos siendo lideres mundiales en donación de órganos. Aunque alguno de los indicadores como la esperanza de vida dependen más de factores como los hábitos de vida y factores ambientales y sociales, nada de esto en su conjunto sería posible desde luego sino se tuviese un excelente Sistema de Salud.
En 2016 se publicó el Bloomberg Health Care Efficiency Index, que mide la eficiencia de los Sistemas Sanitarios teniendo en cuenta tres parámetros: esperanza de vida, gasto en salud per cápita y peso relativo del gasto sanitario sobre el PIB; pues bien, de los 55 países que aparecían en este ranking, España figuraba en el tercer lugar. En 2018, la prestigiosa revista Lancet publicó un análisis que clasificaba a 195 países según un índice de calidad de acceso a los Servicios Sanitarios. En este índice, España ocupaba el octavo puesto. Por delante y con los mismos puntos que España (90 sobre 100) estaban cuatro países (Suecia, Noruega, Australia y Finlandia) y el primer país clasificado era Andorra (95 puntos), cuyo tamaño y escasa población (menos de 100.000 habitantes) lo hacen poco comparable con el resto.
Sistema reconocido
Disponemos además de un Sistema de Formación Sanitaria especializada muy reconocido que es «Marca España», exportando dolorosamente profesionales de enfermería y medicina muy bien formados a otros lugares donde se les ofrecen mejores salarios y mejores condiciones profesionales. El 23 de junio se alcanzó el record de vacunación diario en España con 733.245 vacunas inoculadas en un solo día y al tiempo de escribir este artículo supimos cómo España era el país con más de 10 millones de habitantes con el porcentaje de población vacunada más alta del mundo ¿Alguien puede creer que esto es posible sin un excelente Sistema de Salud y sin unos excelentes y comprometidos profesionales de los que 143.000 se han infectado durante la pandemia?
Nadie explicó a los españoles que este excelente Sistema se quedó sin una Salud Pública vigorosa después de las transferencias sanitarias a las Comunidades Autónomas, crucial para combatir las epidemias. Tampoco se nos dijo que lleva años debilitándose entre los intentos de privatización progresiva de unos y el abandono flagrante de otros. Mientras países iguales a nosotros seguían invirtiendo en salud a nosotros nos recortaban. Tras la crisis de 2008 se han detraído alrededor de 10.000 millones de euros cada años de una Sanidad que ya gastaba 2 puntos menos del PIB en Sanidad que aquellos países a los que nos queremos parecer. Demasiados recortes para mantener en pie con dignidad el sistema. En España a los recortes se les llamó austeridad. Pues bien, La austeridad en salud mata, que nadie lo dude. Siempre hemos hecho más con menos por lo que, en general, los expertos han considerado a nuestro Sistema de Salud de entre los más eficientes del mundo pero todo tiene un límite y ese límite se ha visto claro con la Covid-19.
Ha respondido durante la pandemia
Creo sensato decir que nuestro Sistema de Salud ha respondido aceptablemente durante la pandemia y, con lo comentado anteriormente, tenemos datos para pensar incluso que la respuesta ha superado las expectativas. Nuestro Sistema de Salud ha sufrido y se ha tensado como nunca lo había hecho pero tras cinco olas intensas sigue en pie gracias en una parte importante a la épica de sus profesionales sanitarios y a la madurez de los ciudadanos que no de sus políticos.
Como he dicho y escrito en varias ocasiones, no tendremos el mejor Sistema de Salud, pero sí los mejores profesionales del mundo. Nuestro país ha cambiado y nuestro Sistema de Salud necesita cambios estructurales profundos para los retos presentes y futuros: el envejecimiento, las enfermedades crónicas, la dependencia, posibles epidemias futuras, la equidad, la forma de financiación, la gobernanza"¦.. Necesitamos gestores de la salud profesionales que mejoren la agilidad y la eficiencia del Sistema y precisamos en la organización y en las decisiones técnicas menos injerencia política. Es evidente que, de manera inmediata, urge aumentar la financiación de la sanidad, neutralizando recortes y entendiendo no como gasto sino como inversión todo lo utilizado en salud. Necesitamos fortalecer nuestra Salud Pública haciéndola mucho más operativa y necesitamos también una ley de pandemias. Es indispensable mejorar el reconocimiento de los profesionales por justicia y para evitar su éxodo a países que reconozcan más su valía. Hay que exigir a nuestros políticos que nos traten a todos como adultos, que no nos mientan de manera tan obscena, que cuando planteen que hay que reforzar la Sanidad lo digan para cumplirlo, que alejen el populismo de la Sanidad, bueno, de toda la acción política. No nos jugamos solo la salud, nos jugamos el futuro.